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Con los años he aprendido que la raíz de nuestros miedos, la razón por la que nos sentimos bloqueados y estancados para actuar es que no tenemos idea de por dónde empezar. El mundo se está moviendo tan rápido que todo pareciera gritarte “muévete, emprende, sal de tu zona de confort, deja la pereza o no lograrás nada en la vida”. ¡Alto! Sí, al final del día actuar, el movernos en dirección a un objetivo que queremos será necesario, pero presionarnos sin tener claro qué es exactamente lo que debemos (o queremos) hacer es la fórmula perfecta para terminar cansados de la vida y sin energía.

En este artículo quiero compartirles 3 pasos de cómo iniciar tu camino como emprendedor sin morir en el intento y a la vez quiero liberarte de esa carga mental que todos los que nos decidimos a tomar el toro por los cuernos, hacer algo diferente, ganarnos la vida con nuestro propio negocio, solemos llevar a cuestas. Si estás leyendo este texto desde ya te felicito por ser parte de una minoría de personas que tienen la valentía, incluso estando llenos de miedo por dentro, de preguntarse “¿qué puedo hacer para ser mejor y salir adelante?” ¡Comencemos!

  1. ¿Por qué quieres emprender?

Primero saquemos la respuesta obvia de “por dinero”, ya que por más que a muchos les guste romantizar el emprendimiento, si este no diera dinero lo más seguro es que nadie emprendería. Ahora, lo que quiero que reflexiones es ¿qué hay detrás de ese “querer dinero”? La vida de cada personas es única. Tu capital, tus obstáculos, tus habilidades, tus miedos, el tiempo del que dispones y la motivación. ¿Por qué esto es importante? Porque determinará 2 cosas:

  • Tu nivel de compromiso.
  • El negocio que mejor se adapte a ti.

He visto personas en una situación económica cómoda, sin “necesidades” y que quieren generar nuevas fuentes de ingreso fracasar en negocios sencillos y personas que solo tienen una última oportunidad para salir de la situación en la que se encuentran y deciden entregarse en cuerpo y alma hasta alcanzar el éxito que buscan y lo logran. Pero ojo, como dije anteriormente, emprender no es un mundo color de rosa. También he visto muchas veces el caso contrario. Las personas creen que emprender será algo como esto:

Cuando la realidad es que se parece más a esto:

El trabajo del emprendedor es controlar al máximo posible el movimiento de esa tabla y para eso es necesario que tenga claro su nivel de compromiso. Siempre habrá retos, noches en las que no tengas muy claro qué hacer, situaciones que enfrentar. Elegir el negocio correcto basado en lo que esperas lograr en tu vida y recordarte por qué empezaste será fundamental para que te mantengas en la carrera. Quien emprende solo pensando en dinero, por más importante que este sea, termina por perderse porque el dinero en sí mismo no es una motivación suficiente.

¿Por qué decidí emprender en algún momento? Podría decir el cliché de “tener libertad en tiempo y dinero”, pero la realidad es que seguramente trabajo, estudio y me esfuerzo 10 veces más que si trabajara en una empresa, pero hay algo que marca la diferencia: lo hago en mis términos. Le dedico tiempo a mis negocios porque me encantan, me apasionan, porque son una extensión de la persona que soy. Incluso cuando aparecen retos en el camino (que siempre hay) cada día lo vivo tal y como quiero vivirlo. Si no tuviera esa motivación, si no tuviera tan claro lo que quiero, al primer problema grande habría salido corriendo.

Regálate unos minutos, haz un alto en tu día y pregúntate ¿Cómo quiero vivir? ¿Qué me levanta cada mañana? y escríbelo en un papel. Estoy segura que te sorprenderás.

       2. Tus 3 capitales: conocimiento, tiempo y dinero

Todo emprendimiento requiere inversión y este es un obstáculo con el que muchos se encuentran porque quieren invertir poco (o nada) y ganar mucho. Una inversión funciona de forma muy simple:

– Más capital de inversión + Más riesgo* = Más ganancias
– Menos capital de inversión + Menos riesgo* = Menos ganancias

Pero algo fundamental que necesitas entender es el tema del riesgo. Warren Buffett tiene una frase que lo resume de forma espectacular y es “el riesgo es no saber lo que se está haciendo”. Por eso en este punto quiero darte unos cortos pasos para saber cómo decidir invertir en un negocio o no.

  • Legalidad – No hay mucho que decir. Estudia el emprendimiento o negocio que quieres hacer y si este es ilegal o tiene algunos puntos dudosos, descártalo inmediatamente porque te traerá problemas futuros.
  • Conocimiento y Tiempo – Emprender no es solo invertir tu dinero. Siempre será necesario que te capacites constantemente tanto para tus primeras ganancias, como para multiplicarlas y sacar el máximo provecho. Antes de emprender en lo que quieras escribe en un papel lo que necesitarás aprender y cuánto tiempo te tardarás (teniendo presente que el aprendizaje nunca parará, pero hay un mínimo necesario al principio). Con esa información podrás determinar si estás dispuesto a sumarte a ese proceso de aprendizaje y tiempo necesario.

Por ejemplo en Messú tenemos tan clara la importancia del aprendizaje que estamos constantemente enseñando y capacitando a nuestras emprendedoras para que saquen el máximo potencial a su inversión.

  • Capital a invertir y ganancias – Cuando piensas que un negocio es solo invertir dinero y esperar el retorno, será muy fácil que te decepciones si te encuentras con que hay mucho más que debes hacer. Cuando tengas en un papel el tiempo que debes dedicarle, lo que tendrás que aprender y el dinero que invertirás, ahora sí puedes hacer un balance entre todo lo que debes invertir de ti VS las ganancias que puedes recibir y preguntarte “¿estoy dispuesto a asumir el reto?”. Si te lanzas a emprender y luego no haces todo lo que debes hacer, no es el negocio el que falla, eres tú y muchos no están dispuestos a aceptarlo.

Cada emprendimiento tiene su intensidad e inversión. Por ejemplo en Messú nuestras emprendedoras tienen la posibilidad de realizar inversiones que se ajustan a su capital, obteniendo ganancias desde un 35% hasta un 50%, pero esto se logra no solamente porque sea un buen negocio, sino porque ellas tienen la disciplina y están dispuestas a sacar el tiempo para aprender sobre ventas, marketing digital, redes sociales y mucho más, llegando al nivel de incluso facturar mucho más. Recuerda lo que dijimos en el punto #1, el trabajo del emprendedor es controlar el movimiento de su negocio. De él dependerá su éxito o fracaso.

3. Un plan de acción

Ya tienes una motivación y objetivo claro. Ya sabes si en lo que quieres emprender es legal. Sabes el tiempo que necesitarás invertir, lo que tienes que aprender, el dinero que usarías y las ganancias que podrías obtener ¿Qué sigue?. Que definas tus siguientes pasos. Escribe qué acciones puntuales debes realizar en los próximos 30 días. Realizar la inversión necesaria, ver cierta cantidad de cursos sobre el tema, crear tu página en instagram, hacer tu primer video salga como salga para perder el miedo, etc. Todo dependerá del tipo de negocio en el que quieras emprender. Si te sientes muy ansiosa planificando 30 días, planifica solo 1 semana o ten claro cuál será tu acción de mañana. No necesitas tener una lista enorme de pendientes, necesitas una lista clara y corta de qué pasos debes dar que te lleven a tu objetivo.

Si realizaste todo el proceso, a partir de este punto solo queda una cosa y es ¡actuar!. Sí, es más fácil decirlo que hacerlo, pero te diré un secreto. Esa ansiedad, ese miedo que tal vez sientes de hacer algo en lo que llevas pensando tanto tiempo, solo se va hasta que lo intentas al menos en acciones pequeñas. Nunca será el mejor momento, nunca tendrás el tiempo, el dinero, nunca se alinearán los planetas tal y como quieres para por fin arriesgarte. El mejor momento es ahora.

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