por admcaroe | Jun 1, 2020 | Emprendimiento
Con los años he aprendido que la raíz de nuestros miedos, la razón por la que nos sentimos bloqueados y estancados para actuar es que no tenemos idea de por dónde empezar. El mundo se está moviendo tan rápido que todo pareciera gritarte “muévete, emprende, sal de tu zona de confort, deja la pereza o no lograrás nada en la vida”. ¡Alto! Sí, al final del día actuar, el movernos en dirección a un objetivo que queremos será necesario, pero presionarnos sin tener claro qué es exactamente lo que debemos (o queremos) hacer es la fórmula perfecta para terminar cansados de la vida y sin energía.
En este artículo quiero compartirles 3 pasos de cómo iniciar tu camino como emprendedor sin morir en el intento y a la vez quiero liberarte de esa carga mental que todos los que nos decidimos a tomar el toro por los cuernos, hacer algo diferente, ganarnos la vida con nuestro propio negocio, solemos llevar a cuestas. Si estás leyendo este texto desde ya te felicito por ser parte de una minoría de personas que tienen la valentía, incluso estando llenos de miedo por dentro, de preguntarse “¿qué puedo hacer para ser mejor y salir adelante?” ¡Comencemos!
- ¿Por qué quieres emprender?
Primero saquemos la respuesta obvia de “por dinero”, ya que por más que a muchos les guste romantizar el emprendimiento, si este no diera dinero lo más seguro es que nadie emprendería. Ahora, lo que quiero que reflexiones es ¿qué hay detrás de ese “querer dinero”? La vida de cada personas es única. Tu capital, tus obstáculos, tus habilidades, tus miedos, el tiempo del que dispones y la motivación. ¿Por qué esto es importante? Porque determinará 2 cosas:
- Tu nivel de compromiso.
- El negocio que mejor se adapte a ti.
He visto personas en una situación económica cómoda, sin “necesidades” y que quieren generar nuevas fuentes de ingreso fracasar en negocios sencillos y personas que solo tienen una última oportunidad para salir de la situación en la que se encuentran y deciden entregarse en cuerpo y alma hasta alcanzar el éxito que buscan y lo logran. Pero ojo, como dije anteriormente, emprender no es un mundo color de rosa. También he visto muchas veces el caso contrario. Las personas creen que emprender será algo como esto:

Cuando la realidad es que se parece más a esto:

El trabajo del emprendedor es controlar al máximo posible el movimiento de esa tabla y para eso es necesario que tenga claro su nivel de compromiso. Siempre habrá retos, noches en las que no tengas muy claro qué hacer, situaciones que enfrentar. Elegir el negocio correcto basado en lo que esperas lograr en tu vida y recordarte por qué empezaste será fundamental para que te mantengas en la carrera. Quien emprende solo pensando en dinero, por más importante que este sea, termina por perderse porque el dinero en sí mismo no es una motivación suficiente.
¿Por qué decidí emprender en algún momento? Podría decir el cliché de “tener libertad en tiempo y dinero”, pero la realidad es que seguramente trabajo, estudio y me esfuerzo 10 veces más que si trabajara en una empresa, pero hay algo que marca la diferencia: lo hago en mis términos. Le dedico tiempo a mis negocios porque me encantan, me apasionan, porque son una extensión de la persona que soy. Incluso cuando aparecen retos en el camino (que siempre hay) cada día lo vivo tal y como quiero vivirlo. Si no tuviera esa motivación, si no tuviera tan claro lo que quiero, al primer problema grande habría salido corriendo.
Regálate unos minutos, haz un alto en tu día y pregúntate ¿Cómo quiero vivir? ¿Qué me levanta cada mañana? y escríbelo en un papel. Estoy segura que te sorprenderás.
2. Tus 3 capitales: conocimiento, tiempo y dinero
Todo emprendimiento requiere inversión y este es un obstáculo con el que muchos se encuentran porque quieren invertir poco (o nada) y ganar mucho. Una inversión funciona de forma muy simple:
– Más capital de inversión + Más riesgo* = Más ganancias
– Menos capital de inversión + Menos riesgo* = Menos ganancias
Pero algo fundamental que necesitas entender es el tema del riesgo. Warren Buffett tiene una frase que lo resume de forma espectacular y es “el riesgo es no saber lo que se está haciendo”. Por eso en este punto quiero darte unos cortos pasos para saber cómo decidir invertir en un negocio o no.
- Legalidad – No hay mucho que decir. Estudia el emprendimiento o negocio que quieres hacer y si este es ilegal o tiene algunos puntos dudosos, descártalo inmediatamente porque te traerá problemas futuros.
- Conocimiento y Tiempo – Emprender no es solo invertir tu dinero. Siempre será necesario que te capacites constantemente tanto para tus primeras ganancias, como para multiplicarlas y sacar el máximo provecho. Antes de emprender en lo que quieras escribe en un papel lo que necesitarás aprender y cuánto tiempo te tardarás (teniendo presente que el aprendizaje nunca parará, pero hay un mínimo necesario al principio). Con esa información podrás determinar si estás dispuesto a sumarte a ese proceso de aprendizaje y tiempo necesario.
Por ejemplo en Messú tenemos tan clara la importancia del aprendizaje que estamos constantemente enseñando y capacitando a nuestras emprendedoras para que saquen el máximo potencial a su inversión.
- Capital a invertir y ganancias – Cuando piensas que un negocio es solo invertir dinero y esperar el retorno, será muy fácil que te decepciones si te encuentras con que hay mucho más que debes hacer. Cuando tengas en un papel el tiempo que debes dedicarle, lo que tendrás que aprender y el dinero que invertirás, ahora sí puedes hacer un balance entre todo lo que debes invertir de ti VS las ganancias que puedes recibir y preguntarte “¿estoy dispuesto a asumir el reto?”. Si te lanzas a emprender y luego no haces todo lo que debes hacer, no es el negocio el que falla, eres tú y muchos no están dispuestos a aceptarlo.
Cada emprendimiento tiene su intensidad e inversión. Por ejemplo en Messú nuestras emprendedoras tienen la posibilidad de realizar inversiones que se ajustan a su capital, obteniendo ganancias desde un 35% hasta un 50%, pero esto se logra no solamente porque sea un buen negocio, sino porque ellas tienen la disciplina y están dispuestas a sacar el tiempo para aprender sobre ventas, marketing digital, redes sociales y mucho más, llegando al nivel de incluso facturar mucho más. Recuerda lo que dijimos en el punto #1, el trabajo del emprendedor es controlar el movimiento de su negocio. De él dependerá su éxito o fracaso.
3. Un plan de acción
Ya tienes una motivación y objetivo claro. Ya sabes si en lo que quieres emprender es legal. Sabes el tiempo que necesitarás invertir, lo que tienes que aprender, el dinero que usarías y las ganancias que podrías obtener ¿Qué sigue?. Que definas tus siguientes pasos. Escribe qué acciones puntuales debes realizar en los próximos 30 días. Realizar la inversión necesaria, ver cierta cantidad de cursos sobre el tema, crear tu página en instagram, hacer tu primer video salga como salga para perder el miedo, etc. Todo dependerá del tipo de negocio en el que quieras emprender. Si te sientes muy ansiosa planificando 30 días, planifica solo 1 semana o ten claro cuál será tu acción de mañana. No necesitas tener una lista enorme de pendientes, necesitas una lista clara y corta de qué pasos debes dar que te lleven a tu objetivo.
Si realizaste todo el proceso, a partir de este punto solo queda una cosa y es ¡actuar!. Sí, es más fácil decirlo que hacerlo, pero te diré un secreto. Esa ansiedad, ese miedo que tal vez sientes de hacer algo en lo que llevas pensando tanto tiempo, solo se va hasta que lo intentas al menos en acciones pequeñas. Nunca será el mejor momento, nunca tendrás el tiempo, el dinero, nunca se alinearán los planetas tal y como quieres para por fin arriesgarte. El mejor momento es ahora.
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por admcaroe | May 26, 2020 | Emprendimiento
Hace unos meses unos emprendedores en argentina querían aprovechar el boom de los domicilios para crear una aplicación destinada específicamente a comprar el mercado del hogar en ciertas cadenas de supermercados aliadas. Invirtieron cerca de 15 mil dólares (más de 50 millones de pesos colombianos) en una app impresionante que no tenía nada que envidiarle a Rappi, tenían un servicio de domicilios excelente en alianza con los supermercados, una buena inversión en marketing digital y al final el negocio fue un rotundo fracaso. ¿Por qué si tenían gran tecnología, un mercado que nadie estaba explotando, dinero para invertir y mucha determinación, quebraron? Porque se les olvidó un pequeño detalle ¿Quién compra el mercado en el hogar?.
En la zona donde estaban realizando el inicio del proyecto, las madres, abuelas y amas de casa continúan siendo quienes compran la comida en el hogar, lo cual de entrada generó varios obstáculos para la aplicación como el hecho de que muchas de ellas seguían prefiriendo comprar ciertos alimentos de forma presencial como la carne, frutas y vegetales. También se le sumaba que si bien ya todo el mundo usa un smartphone, pasaron por alto que ciertos segmentos de la población solo saben usarlo para funciones básicas, lo cual generó lo que en el mundo de los negocios se conoce como una “brecha tecnológica” o “brecha de conocimiento”, que es cuando no tenemos presente si el cliente potencial tiene el conocimiento necesario para utilizar nuestro producto/servicio. Por si fuera poco, si bien todas tenían teléfonos inteligentes, la mayoría eran de gama media o baja, por lo que realizar un pedido de 10, 15, 20 productos se volvía tedioso dadas las capacidades técnicas del equipo.
Podríamos continuar listando los errores que cometió el proyecto, pero lo que mejor lo resume es: no se preocuparon en ningún momento por escuchar al cliente potencial. Se tiene la idea de que en el emprendimiento una “buena idea” representa el 50% del trabajo y que el resto es solamente esfuerzo y determinación. La realidad es que una idea no es buena hasta que se pone a prueba, se investiga si existe un mercado, si las personas entienden tu idea, saben utilizarla y están dispuestos a pagar por ella. La clave para que un emprendimiento salga a flote es entender que el negocio es quien debe ajustarse al cliente, no al revés.
Los emprendedores del ejemplo pasaron por encima de las personas y simplemente pensaron “cualquiera puede descargar una aplicación” o incluso pudieron decir que “en el futuro todo será digital incluyendo los domicilios de este tipo” y sí, tienen razón. Seguramente llegaremos a un momento en que todo lo pediremos de forma digital (ya lo estamos viviendo con la cuarentena por la pandemia), pero eso no significa que el momento sea ahora o que la forma como lo hicieron sea la correcta.
Para muestra de un botón. Unos meses después de ese fracaso decidieron intentarlo una vez más, pero ahora sin tanta “maravilla tecnológica”. Solo se preguntaron “¿Qué tecnología sabe usar nuestro cliente potencial e incluso cualquier persona?”. No tuvieron que darle muchas vueltas puesto que la solución estaba sobre sus narices: WhatsApp. Implementaron un sistema mucho más sencillo utilizando WhatsApp Business y designando a través de los supermercados aliados zonas de operación. ¡Bingo! Los domicilios empezaron a fluir y aunque aún existen familias que prefieren comprar ciertos productos de forma presencial, eso no representa ninguna baja en las ventas, al contrario, conforme las personas iban confiando más en el servicio, más personas se aventuraban a pedir todo su mercado a través de WhatsApp.
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¿Qué habría pasado si desde un principio se hubieran preocupado por hablar con las personas, por entender sus necesidades, capacidades y cómo ayudarlas? Lo más probable es que se habrían ahorrado una gran cantidad de tiempo y dinero. Si buscas en internet proyectos de emprendimiento que fracasaron, te vas a dar cuenta que no eran “malas ideas”, en realidad eran muy creativas y algunas hasta te dejan con la boca abierta. ¿Por qué fracasaron entonces?.
No importa qué tanto sea capaz de hacer un producto/servicio si no se adapta al estilo de vida de las personas. Imagina una chaqueta tecnológica impresionante, que cargue inalambricamente tu celular, que tenga parlantes integrados, paraguas integrado, que tenga todo lo que se te pueda ocurrir, pero que no venga en tu color favorito o, peor aún, el color en el que viene no te gusta ¿la comprarías?. La chaqueta puede hacer mil cosas, pero un detalle tan simple como que no es de tu estilo puede hacer que no la compres. Tener comunicación directa con tus clientes potenciales y preocuparte por verdaderamente satisfacer sus necesidades son las estrategias de venta más poderosas que puedes tener a tu disposición.
Usa la tecnología a tu favor, preocúpate por tener un excelente diseño, un gran producto, pero nunca te olvides de escuchar a tus clientes.
por admcaroe | Abr 9, 2020 | Emprendimiento
Siempre he dicho que para poder hacer crecer nuestros negocios, tenemos primero que crecer como personas, esto implica, volverte experto en muchos temas, mejorar tu espiritualidad y además saber relacionarte.
En nuestra cultura siempre nos enseñaron que debíamos ser amables con los demás, que todas las personas tienen errores y que las debemos aceptar tal cual son, pero hay una diferencia grande entre aceptarnos con nuestros errores a tener todo el tiempo a nuestro lado personas tóxicas, improductivas y sin aspiraciones.
Nosotros somos el promedio de las 5 personas con las que más nos rodeamos, ¿Te has puesto a pensar si te sientes orgulloso de esas personas?¿Si realmente son las adecuadas para tu vida? Muchas veces no nos damos cuenta y tenemos cerca a personas que no son tan buenas compañías, personas que quieren seguir siendo uno más del promedio, no quieren obtener grandes logros, buscan excusas para todo y permanentemente están desmotivados a la hora de trabajar, crear o esforzarse.
Indiscutiblemente los emprendedores necesitamos motivación, necesitamos tener un equipo que nos impulse, que nos ayude a crecer, estudiar y trabajar. Pero además un equipo que nos rete, que estén en un nivel superior al nuestro.
Imagina la diferencia de estar recibiendo todo el tiempo comentarios como “Luego lo haces”, “No vale la pena”, “No estudies tanto”, “Mejor desiste, no te está generando dinero” a recibir comentarios como “Este curso te puede servir”, “Por qué no nos vemos el jueves y hablamos del tema”, “No gastes tu dinero, inviértelo”, “Me enteré de un nuevo negocio”, “Conozco alguien que te puede ayudar”. ¿Cuál de los dos ejemplos quisieras recibir a diario? Me imagino que el segundo, te sentirás motivado, actualizado y te enfocará.
Cuando eres emprendedor necesitas estar rodeado de personas positivas, que te diviertan y además de empresarios que están en tu mismo nivel o superior. ¿Cómo puedes encontrar estas personas? Asiste a eventos de emprendedores, conocerás gente que vale demasiado la pena y lo mejor de todo harás contactos y alianzas que servirán para hacer crecer tu negocio.
Aclaro, no se trata de pelear con esta gente tóxica, porque tú también lo serías, es simplemente alejarte de ellos, como decimos “Sacarle el cuerpo”, independientemente que sean familia o amigos, el día que debas verlo puedes tratarlo normal, pero que no se vuelva rutinario estar con ellos.
También es importante aclarar que todas las relaciones no son tóxicas, sólo que son personas con diferentes enfoques al nuestro, personas que no nos aportan valor en nuestro emprendimiento, pero si a nuestra vida y eso vale oro. Una amiga que es empleada (cosa que es totalmente válida), pero te da los mejores consejos y es una amistad sincera, esas consérvalas, pero ten también un grupo estratégico para tu negocio, amigos que hablen tu mismo idioma.
Espero que después de leer esto reflexiones frente a tus relaciones y puedas definir cuales conservar y cuales desechar, rodéate de personas que te hagan crecer, así tendrás crecimiento en tu negocio.